Camino por la desierta calle. Llueve, lleva todo el día lloviendo y la ciudad comienza a inundarse. La humedad y el frío del presente invierno se introducen por mi ropa hasta llegar a mis huesos. Una ardiente luna se intuye entre las espesas nubes que se extienden por el cielo.
Pronto dejo atrás las luces del centro y empiezo a acercarme a las afueras.
Tras de mí quedan edificios de evidente antigüedad, perdiendo el color y el esplendor de su juventud, inocentes familias que duermen plácidamente en sus hogares, ignorantes de lo que se los viene encima.
A mi izquierda van desapareciendo las viviendas, dejando paso a una oscuridad cada vez mayor que me va envolviendo con su negrura.
A mi derecha se alza la gran Torre Roja, el campanario de la iglesia. Su inmensidad puede ser apreciada desde una gran distancia, ya que sobresale un gran número de metros del resto de los edificios de la ciudad.
Enseguida me encuentro rodeada de total oscuridad, únicamente iluminada por dos farolas que nacen del suelo a una distancia de unos cien metros, presidiendo las puertas del cementerio. De ellas emana una luz espectral de color verde, como advirtiendo de lo que reposa bajo las frías piedras.
Camino la distancia que me separa del recinto que nadie visita y me adentro en él.
Busco entre las lápidas un nombre y observo el reloj del campanario. Quedan cinco minutos para que todo termine.
Continúo buscando y al fin lo encuentro. Justo cuando me acerco al hueco que cavé el día anterior, ocurre.
Oigo el pitido que precede al gran estruendo de la explosión, algo que llevo planeando durante mucho tiempo.
Me acerco más a la tumba mientras oigo cómo todo salta en pedazos y se incendia.
El olor de la muerte es tan intenso que apenas puedo soportarlo, pero no me importa. Observo la podredumbre de su cuerpo, su rostro demacrado y su mirada fantasmal. Sonrío.
- Siento haber tardado tanto, pero ya estoy aquí. Te prometí que siempre estaríamos juntos. Ahora nadie nos podrá separar jamás.
domingo, 7 de marzo de 2010
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Me gusta, pero quiero creer en otro tipo de amor eterno.
ResponderEliminarYa...yo también...
ResponderEliminarEs que esto no es amor eterno, esto es una locura xD
Bueno, ¿Quién es el loco? Es simple punto de vista.
ResponderEliminarla loca es ella
ResponderEliminarque se carga a personas inocentes y destruye una ciudad y ha asaltado una tumba para estar etermanente con él... hasta le ha abierto los ojos para imaginarse que la mira... y dicen que la mirada de un muerto es lo peor, que está vacía, está perdida...
no crees que está loca?